Para según que cosas, mi familia tiene un punto de vista oriental y confía su memoria a la polaroid. Todavía pulula un book entero de la edad "No me rayes" en algún cajón, y, hace unas horas he terminado el de "Es lo que hay". Una guarda esas reliquias, supongo, no tanto para rememorar como eramos, sino con el afán de conservar retales de sentimientos cuando por fin, tengamos soledad mas que suficiente para paladearlos; sin embargo no acabo de verle la gracia: si para entonces aún retienes, es mejor la memoria, matiza más. Y si tu cabeza galopa por las verdes praderas, te da lo mismo.
Personalmente, las exposiciones fotográficas llenas de retrospectiva, me fascinan con el mismo vacío morboso de unas presidenciales a la jefatura del Real Madrid, pero dentro de veinte años espero encontrar una instantánea, que cubra de orla la fachada del Thyssen, con la cara de toda una constelación de jueces. Ya se han datado algunas estrellas y asteroides, pero, en el espacio ulterior, más allá de los planetas Ruz, Alaya, Bermudez,o Castro, de la Galaxia Garzón, la ciudadanía intuye que hay un montón de supernovas agazapadas en las salas mas recónditas de la magistratura, cubiertas con el apacible manto del negro toga, y preparadas para soltar zarpazos de justicia pura y dura a pesar de Gallardón. O eso me ha parecido esta mañana cuando he leido un titular diminuto de formato croll, que merecía primera plana, a tres columnas, con imagen y editorial en el interior:
- Un magistrado declara nula una hipoteca por abuso en los intereses de demora -
Esto puede ser como la coca-cola, una fórmula sencilla y barata que legaliza en la práxis la dación en pago, y se puede hacer de consumo universal con una buena campaña de marketing.
Si, además, sus señorías consiguieran meter a Barcenas, Pujol, Chaves...me dan escalofrios y se me llena la naríz con burbujitas de puro refrescante. Una sensación divertida, casi tanto como la cara de Merkel frente a un desnudo natural, joven, ajustado de kilos y abundante de ideas. Habrá que ver como se le queda el cuerpo después del estreaking dialéctico de Rajoy.
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