viernes, 30 de noviembre de 2012

Top Ten

Mucho han cambiado las cosas desde que Amadeo de Saboya cruzó la frontera colgando el trono y, de paso, colgándonos el sanbenito de díscolos. El fondo no ha sufrido variaciones perceptibles -las sagas familiares siguen siendo las sagas familiares, el dinero está en manos de quien corresponde, y al cielo irán los que han ido de toda la vida- sin embargo, los ciudadanos ingobernables y rebeldes del pobre Amadeo, han pegado un giro de 180º. Y todo gracias a la estricta reglamentación del Sistema de Listas. Básicamente, consiste en clasificar al personal en grupos, y luego numerarlo. Es un sistema importado de Estados Unidos, vía Forbes, aunque, aquí, le hemos incorporado un altar de sacrificios para, muy de vez en cuando, proporcionar una alegría al vulgo.

Las listas se pueden clasificar por la extensión de sus abonados -entre las más importantes, la de parados, la de la Seguridad Social, y la de estafados por las preferentes-, por el grueso social de los mismos (de un tiempo a esta parte, los “2000 de Suiza”, los políticos imputados, y ahora los miembros del Consejo de Administración de Capio), por las expectativas que levantan cuando salen de la clandestinidad (caso de los empresarios españoles amigos en las finanzas de Gao Pin), por su carácter amenazador (la RAID bancaria, actualmente enterrada bajo el papeleo de los 350.000 desahucios)… Y así hasta el infiníto. Todo el mundo está en una lista, y algunos en varias al mismo tiempo, de hecho si elaboramos un top ten forbiano del último mes, el resultado podría ser:
  1. Los 2000 de Suiza
  2. Los indemnizados/requeridos/investigados de Bankia
  3. Los de Sabadell
  4. Los del Consejo de Administración de Capio
  5. Los del Consejo de Administración de Noos
  6. Los Gurtel
  7. Los Malayos
  8. Los del móvil de Pipi Estrada
  9. Los despedidos de la UGT
  10. Los 180 jueces contra el indulto a los mossos
En cuanto a las dos macro listas (empleo y afiliación a la SS), su vida, y la nuestra, transcurre en permanente fluctuación. ¿No será que la Teoría de las Cuerdas en realidad es la Teoría de las Listas?

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Utopía

Hoy la vida me ha dado una de cal y otra de arena (y agradecida con lo que está cayendo). La cal un 9´75 en el último examen de mi niña-madre. La arena me ha saltado a los ojos, por cotilla, cuando me acercaba sigilosa a la puerta del taller para disfrutar de una de esas contadas ocasiones en que la armonía reina entre mis hijas (en el fondo sigo siendo una romántica). Más que a los ojos, la arena me ha saltado a los oídos en forma de una lluvia sonora de improperios que los jóvenes llaman “rap”. El grupo atiende por “Violadores del Verso”. Muy sinceros, porque violan el verso, sodomizan la prosa y, en general, someten al castellano a una larga sesión sadomasoquista. Si uno oye solo la melodía, al tercer compás tiene la sensación de estar girando dentro del tambor de una lavadora. Para no vomitar del mareo, caes en la trampa. Y escuchas.

Supongo que es una fase social que nos toca por decadencia, como les tocó a los británicos cargar con los Sex Pistols después de la crisis del petróleo del 73. Y entiendo que la chavalería ande dos pasos más allá de la indignación absoluta -sobre todo después del tasazo universitario- comprendo la desobediencia, las casas okupa y las actividades hacker, bastante mejor que el balconing. Pero tras escuchar perlas como:

"…Vengo del mejor grupo que parió una puta llamada España... la muerte se llevó a tres niños y no, no eran nietos del rey... ¿Te di permiso para comprar bombas con mis impuestos? No. Pues no lo llames democracia… No es un mensaje sino un insulto... trae ese ron es la canción de los alcohólicos... igual eres tú el gilipollas... trae ese ron de vuelta acá, pásate ese maca… Nada quiero, nada espero... estudié filosofía en Cambridge… tomo ácidos pero en mi almohada se oyen ruidos… me casco pajas haciendo memoria…”

No puedo menos que hacerme dos preguntas:
  1. Si estos son los licenciados en Cambridge, los de aquí ¿qué regurgitan?
  2. Con una banda sonora que parece heavy metal dadaísta, ¿dónde se coloca el final de la utopía?
Al salir por el pan, me reconcilio un poco con los pobres universitarios: un catedrático, a todas luces escasamente abrigado, una clase de estudiantes amoratados de frío y un grupo indeterminado de pingüinos, se esfuerzan por mantener encendidos los rescoldos de la cultura española. Merecen que les pasen el ron aunque solo sea para calentarse.

martes, 27 de noviembre de 2012

Condición electoral


Anoche asistí a una tertulia política - es fácil encontrarlas, basta con entrar en cualquier bar en hora punta de tapeo y a lo largo de la barra, en grupos de dos a cinco individuos, se pueden degustar opiniones sobre la situación del país de todos los sabores.- y en medio de un argumento sobre la sanidad, uno de los contertulios me acusó de demagoga. Frené en seco.

-Vale, define demagogia- reté. Se me quedó mirando con cara de belga, y hablamos del tiempo. Pero de vuelta a casa, una idea me roneaba de dentro a fuera: ¿y si todo el mundo utiliza el término como última barrera de protección argumental sin tener ni idea de su significado?

Según la Real Academia de la Lengua, demagogia es “uso político de halagos, ideologías radicales o falsas promesas para conseguir el favor del pueblo”. Y yo, remontando la memoria a mis primeras urnas, no recuerdo una sola campaña electoral en la que no haya visto a todos, absolutamente todos los partidos políticos, hacer uso de una de las tres condiciones (o directamente de las tres). Desde Jesús Gil a Artur Mas, de Aznar a Zapatero pasando por Chaves y Camps, se han cubierto con creces las expectativas de la RAE. Entonces recordé lo que me dijo una vez un hombre honrado:

-¿Cuándo vas a creer en el Sistema?- le pregunté.

-Cuando alguien pueda explicarme por qué un humilde intelectual pierde los derechos sobre su obra al cabo de 99 años, y los Duques de Alba han podido legar su patrimonio los últimos 500.- respondió.

En ese momento lo entendí, y lo sigo compartiendo. Pero algo me dice que, si soltara el argumento en Génova o en Ferráz tacharían de demagogo a mi hombre. Y, encima, peyorativamente.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Democrático

Foto: Audrey Flack
Camino de la Plaza de España,- último reducto para la algarabía que le ha dejado Botella a Manolito- he sufrido un espejismo sahariano. Ya desde la esquina de Pez con San Bernardo observé una congregación de personas, tan correctamente vestidas que parecían de boda. Me acerqué para ver a la novia y me desenfundaron un cartel de protesta en la cara. Tuve que dar una segunda ojeada para distinguir las pancartas, porque se notaba en seguida que al grupo le faltaba práctica. Y entonces caí en la cuenta: era el Foro madrileño, al completo, protestando delante del Ministerio de Justicia.

Hay una ancestral maldición gitana que dice: "Pleitos tengas y los ganes". Después de Ruiz Gallardón, los payos deberíamos acuñar: “Pleitos tengas y los pagues”. Por alguna razón esquiva, D. Alberto parece dispuesto a superar a sus correligionarios por la derecha, y mira que es difícil. Si Aznar pasará a los anales por la foto de las Azores, el bombardeo de Bagdad y el reconocimiento, - a toro pasado y población diezmada-, de que lo de las armas de destrucción masiva era más bien mentira, Gallardón pasará como el tipo que unificó quejas, criterios y opiniones de jueces y fiscales por primera vez en la historia. Allí no había ni sensibilidades, ni categorías profesionales, ni doctorados ni colegiaturas: hasta los bedeles estaban en la calle.

Pero desde donde habita el ministro debe haber poca visión espacial. Tiene a Acebes de “rondón” en el asunto Bankia, a Gao Pin a punto de salir corriendo de vuelta a Shangai, a los abogados del turno de oficio pensando seriamente en atracar bancos para la supervivencia, y a los secretarios judiciales en primera línea de playa de los recortes salariales a funcionarios. Personalmente, creo que el ex alcalde -después del padre de Luke Skywalker-, es un ejemplo de cómo pasar al lado oscuro en menos de diez años. Él, que empezó como faro progresista del partido por el asunto de las narco salas, ha logrado retroceder subrepticiamente hacia el fondo de la cueva, para salsear a gusto. Lo de cocinar se lo debió enseñar Corulla, presentar el plato le toca a Cospedal, y comérselo al resto de los españoles. Mientras, y en lo que consigue situarse al frente, ya tiene a la Unión de Colectivos Hispanos al completo. Si eso no es democrático, que baje Dios y lo vea.

viernes, 23 de noviembre de 2012

La habitación del pánico

Foto: Ted Van Pelt
En todas las casas, como un zulo, existe una habitación que no necesita fantasma para ser siniestra. Allí suelen almacenarse broncas, restos hormonales, y, lo que es peor, residuos brillantes, pepitas de oro asturiano, de algo que vagamente recordamos como felicidad. Cuartos oscuros pero sin connotación sexual, pigmentados de biografía joven y, por definición de oropel, donde no hace falta una psicofonía para escuchar a los muertos, porque los cadáveres de las meteduras de pata de uno se amontonan bajo el epígrafe “Experiencia Vital Adquirida”.

En mi casa, la habitación del pánico se localiza al fondo a la derecha, como en los bares, y es la única con pestillo porque entiendo que uno necesita de intimidad para poder envolverse libremente en la propia tristeza. Infinitamente más digno que hacerlo en público, por mucho que Tele 5 insista en lo contrario. El oro asturiano fue un invento de Álvarez Cascos, -cuando era responsable de Fomento, antes de hacerse forista y galeriano- por si rehabilitaba la economía regional. Un gesto intelectual. Un retorno a los clásicos:
  1. Se esparcen unos gramos de 24 kilates, como cenizas de plomo, en lo profundo de un río caudaloso (a ser posible afluente del Nalón, que ya nace con historia minera).
  2. Se invita a pescar salmones a un grupo de empresarios extranjeros y se les deja otear el brillo del fondo.
  3. Se espera, en el despacho oficial, a notar el tirón de caña del campanu europeo.
En mi habitación del pánico ocurre algo así. Diez minutos de autocrítica en su interior me hacen sentir al mismo tiempo como un empresario a punto de ser estafado en un entorno extraño y abiertamente hostil, y como un trabajador, con grado de jornalero, estafado de antiguo, pero en un entorno familiar, aunque igualmente hostil.

Y pienso: si yo, que soy una humilde becaria de proletariado (con varios años de práctica, eso sí), salgo de mi habitación del pánico proclamando que me llamo Toby en medio de un arrebato de angustia socio-personal, lo que debe estar sintiendo Urdangarín en este momento, en la habitación del pánico de Pedralbes, debe ser como para salir corriendo... con o sin perro.

jueves, 22 de noviembre de 2012

"Lo" Vs "La"

Foto: another.point.in.time
Creí que ya no existían, pero esta noche he asistido a una genuina velada de teatro alternativo, con su tarifa plana de copago sanitario, su mesita de camping como única concesión a la vertiente empresarial del arte, y sus actores desconocidos rebosando cosas que decir y gestos que hacer. El montaje era de segundo de crisis (estrecho de tablas, pero ancho de imaginación), donde espectadores y espectáculo compartían espacio mental, porque el físico estaba tan mezclado que parecía una maraña espinosa. Al final todos terminamos de coro, en el mismo sentido, casi como en una sesión de autoayuda. Ha sido gratificante.

Un artista alternativo brilla como una hierbecita creciendo en las junturas del adoquinado, y por mucho que se le intente calcinar siempre deja semilla. Afortunadamente, lo alternativo es un poder intocable hasta para Ruiz Gallardón -que acaba de desviar el judicial hacia las huertas mas privadas- donde caben desde actores hasta folclóricas, pasando por políticos (aunque muy pocos llegan a “pisar escaño”). Alternativo es el ciudadano que supera la huelga de basuras llevando la bolsa a donde corresponde, alternativo es el jubilado que sustituye al chino vendiendo cervezas en manifestaciones y otros saraos de protesta. Alternativo es prestarse las tarjetas del coche para que todo el mundo pueda aparcar, o socializar abono transporte de tarjeta azul... Lo alternativo es una especie de sisa que le hace la ciudadanía honrada a los poderes fácticos. Algunos votantes, plenamente institucionalizados, confunden” lo” alternativo con “la” alternativa y, encima, le adjudican apellidos: Alternativa PSOE, Alternativa PP, como si fueran señoritas de provincias afectadas de sublime decisión.

Sin embargo, el pueblo español, que arrastra quinientos años de picaresca y unos políticos mayoritariamente impresentables, en su sabiduría, ha vestido de neutro las palabras más importantes de su utopía: lo honesto, lo decente, lo honrado, lo valiente, lo legal, lo legitimo... Y así palabra por palabra, hasta el diccionario final.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

España cañí

Buscando en la tele algo que ver sin el marchamo de la legislación norteamericana, recalo en Tele 5 y allí, como la mujer de Lot, quedo convertida en estatua de sal. Sin movimiento, paralizada por el espanto y el moho: el espanto que me asalta cuando ¡vuelvo a ver a Jorge Javier Vázquez en pantalla y a las 23:30 de la noche! (¿pero este chico no tiene casa?). El moho que transpiraban todos y cada uno de los pixeles de la imagen: ahí estaban Jesús Puente, la Gemio, el entrañable lagrimeo nacional… Todo igualito, igualito a como lo recuerdo de hace veinte años. Es más, con otra iluminación y menos pinganillo, yo juraría que el plató es el mismo.

Pero lo que más me llama la atención es la versatilidad de la audiencia de Tele 5, - intuyo la misma a las cinco que a las once-, capaz de pasar del despelleje y la humillación públicas (al más puro estilo Imperium) a la solidaridad y la piedad (al mas puro estilo jesuita), sin cambiar de guía espiritual. Porque no quiero pensar en la premeditación de programar dramas para aliviar crisis, - que eso está muy feo-, pero delante de mis narices (y supongo que del resto del share) le han dado boleto sentimental a un pobre suplicante, han contado la historia real de una chica que hace cuarenta años se llamaba Lucecita, y se han montado un reencuentro que ríete de la llegada del Semiramis.

Cuando, casi una hora después conseguí despegarme del canal, dos sentencias se habían grabado en mi alma de piedra con cincel y escoplo:
  • Si la España social está asi de borde ante las cámaras (una señora mandaba a regar a la hipotética hija de su hijo ya muerto), excuso imaginarme como deben estar de puertas para dentro.
  • Jorge Javier Vázquez no es un señor de carne y hueso, sino una marca holográfica que no tienen que guardar en el armario.

martes, 20 de noviembre de 2012

Banderas

Foto: anitalorite
He vuelto a leer la entrada de ayer, y me doy cuenta de que trasciende cierta renuencia a llamar "nieta" a mi nieta. Preocupante. La de abuelo/a es una titulación, como muchas, más bien honorifica; pero si una lo analiza convenientemente se llega a dos conclusiones tan obvias como gratificantes:
  1. El abuelo/a goza -después de la frustrante experiencia con los hijos-, del privilegio de enseñar sin, y eso es lo importante, la obligación de educar. El marrón cae en otras manos facilitando una relación cómplice con el nieto, y un tránsito suave a la tercera edad que, bien mirada, no es más que otra regresión a la infancia.
     
  2. A nada que el abuelo/a sea un poco vengativo puede coger platea para disfrutar del combate hijo/a - nieto/a en el ring de la adolescencia. Si le ha salido bien la etapa anterior, ambas partes lo reclamaran como juez imparcial.
Hoy por hoy, las actividades extra curriculares de las autoridades locales nos han homogeneizado a todos los abuelos en la categoría de yayos flauta. Una fuerza de vanguardia democrática porque nos han bajado el poder adquisitivo de las pensiones, nos han hecho tragar la píldora del copago sin terrón de azúcar, han suprimido los viajes de oro a Canarias, y, encima, nos han vuelto a recolocar a los niños en casa para su cuidado y manutención. Con semejantes argumentos ya no hay nada que perder, y es muy fácil echarse al monte de la insumisión. Y, como beneficio añadido, resulta mucho mas complicado aporrear una cabeza canosa, que una de pelo pincho y palestino.

En un día en que los poderes públicos han descubierto la crisis de natalidad, el envejecimiento de la pirámide poblacional y el aumento de la longevidad media, he dejado de contemplar a mi nieta como a un tesoro: ahora es mi bandera.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Generaciones venideras

Foto: ting2ever
Corrían las dos de la tarde y la comida gorjeaba alegremente en las ollas, cuando escuché a mi niña-madre hablar con su hija. “Tienes demasiados peluches - le decía - antes de que vengan los Reyes Magos vamos a guardar unos cuantos para mandárselos a los niños que no tienen nada”.

Oí un silencio sepulcral. "No", contestó escueta. Y, entonces, su madre se lanzó por una descripción de las carencias de la infancia (sacada de Intermón) que hubiera hecho llorar a Dickens. “Los niños pobres no tienen camita, ni comida, ni juguetes, ni zapatos...”. Esta vez, la vocecita no esperó al silencio e, interrumpiendo, preguntó: “¿Y tienen pies?”. Desde la cocina estuve a punto de contestar: “Si, cariño, los necesitan de mayores para trabajar”. Pero, por no tener líos con el Defensor del Menor, prohibí a las palabras atravesar mi frente. Eso sí, viendo como mi niña-madre se afana en inculcar principios éticos de solidaridad básica a su retoño, - contra la corriente ambiental que la inercia política se ha asegurado para los próximos veinte años-, y la carita de escepticismo del retoño, no he podido menos que confirmar un principio de fe tan básico para la Iglesia como la infalibilidad papal: la certeza de que el Señor es inmisericordemente justo.

Va aviada, mi hija. Es como si la crisis se hubiera saltado una generación, la de los afectados por la aluminosis pedagógica del Ministerio de Educación de los últimos cinco lustros, y la Naturaleza hubiera adaptado mentalmente a la siguiente para no caer en la misma confianza social. Me temo que la generación de la hija de mi hija no se cree nada de nada por defecto. Y va a resultar difícil venderles mitología doméstica. Pensándolo bien, y con la Navidad como referencia inevitable,  no parece que los Reyes tengan mucho futuro en sus manos, o, lo que es más prometedor, en sus mentes.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Mutaciones

Será porque tengo un contrato de cable, pero ponga lo que ponga siempre me sale en la tele una de esas series americanas “de equipo del FBI” en ético combate contra algo (hay una , 'Sin rastro', que indefectiblemente me retrotrae a Marta del Castillo). Sufro la horrible impresión de que, por cortesía de Jerry Bruckeheimer, he desarrollado una capacidad inconsciente para hacer perfiles psicológicos del personal en cuanto me dan la mano. Y me preocupa el tinte sesgado que esta nueva mutación social pueda traer a mi vida, ya bastante sesgada de por sí. Como en los magistrados de “sensibilidad progresista” o los de “sensibilidad conservadora”, una vida sesgada implica la incapacidad de contemplar el entorno objetivamente. Me parece siniestro, pero a mi sensibilidad le ha crecido un anexo que, automáticamente, rotula al indivíduo.

Por ejemplo: compro pan en el chino de la esquina, y ante la dependienta, mi mente registra “sumisa de cooperación necesaria”. Luego, en el kiosco, reviso la impecable hilera de publicaciones perfectamente expuesta, y , mientras pago, pienso “obsesivo compulsivo”. Y así hasta llegar a casa donde, nada más ver a mi vecinos, me vienen a la imaginación secuencias enteras de “El Padrino”.

El mal resulta un peligro primero por lo contagioso, y segundo porque, tarde o temprano, una le hace un perfil a quien no debe. Me he dado cuenta esta mañana cuando, al salir de una bronca con el Ayuntamiento en Alcalá 45 donde discutir con los funcionarios es como darle puñetazos de razón a una masa gelatinosa de silencio administrativo (estoy segura de que circula una orden de Cibeles que prohíbe devolver un duro al contribuyente presente la factura que presente) , he visto mi imagen reflejada en el escaparate de un Starbucks. Esos ojos desencajados, ese rictus de impotencia, esos pelos iracundos azotando el rostro… No me cupo duda, el perfil ha salido varias veces en la tele y a la enfermedad le han puesto nombre, como no, los americanos: soy una conspiranóica de última generación.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Cabezas pensantes

A veces, mi cabeza se va de marcha por dimensiones espirituales que deben localizarse entre el manta tibetano y el reggeaton de aldea. Hace un par de días la cacé buscando motivaciones, como si fueran setas, para rechazar una estrategia impecable, algo elegante y diplomático:
  • Firmar una entente cordiale con mis hijas hasta que acabe la crisis (por lo menos cinco años de tranquilidad doméstica no me los quita nadie).
  • Acordar un Pacto de Cooperación y Desarrollo con el realquilado de la habitación del fondo del pasillo, hasta que hayamos hecho cuentas. 
Mi cabeza, que peina ya muchas canas, había encontrado dos setas, a saber:
  1. Las hijas, gracias a los esfuerzos de la LOGSE y sus diversos ministros, no tienen ni idea de lo que es una entente, y mucho menos cordiale.
  2. El realquilado de la habitación del fondo del pasillo entiende más de guerra fría a lo soviético, que de acuerdo político. 
Naturalmente, tenía razón la muy. Una cabeza llega a rincones insospechados en el desván de la memoria, y puede permitirse pasar el plumero o soplar sobre el polvo de sentimientos que se acumula con la convivencia.
La mía, mi cabeza, ha desarrollado una forma de viaje astral que le permite situarse fuera del circo cotidiano como espectadora. Así, claro, cualquiera puede pensar. Solo hay que invertir los términos de la ecuación moral:

Siento, luego objetivo la realidad. Objetivo la realidad y luego, si eso, ya sentiré en consecuencia. 

Tanto publicitarlo por ahí, y al final resulta que el orden de los factores SÍ altera el producto. Alguien, en filosofía o matemáticas ha metido la pata, y así nos va.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Peregrinos de la razón pura


Otra vez de peregrinación a San Jerónimo, y no es tontería: hombres y mujeres henchidos de fe se esfuerzan por llegar a un santuario inaccesible para contemplar, de cerca, una aparición Mariana. Se podría aplicar a todos los rincones bendecidos por la Iglesia desde Fátima hasta Lourdes, pasando por el Prado de El Escorial.

Un camino que, según la Doctrina, habría de ser de recogimiento y meditación, pero, sospecho, resultará de explosiva locuacidad porque, los peregrinos vendrán meditados de casa. Y estará ordenadamente iluminado por los adornos navideños del ayuntamiento, que llevan colgados desde primero de mes. Nada más efectivo para señalar el sendero de la luz, desde mi casa, que esos raquíticos cubos de iluminación cutre, suspendidos por un vértice y jalonando de orden toda la Corredera Baja.

Desde las 00:00 del miércoles los aires de huelga han cristalizado en esquirlas endurecidas de razón, y los canales públicos levantan testimonio:
  • Abundancia de reportajes en TVE, que hay archivo de sobra.
  • Carátula de parálisis total en Telemadrid.

En mi casa, por el balcón, entraba a raudales la banda sonora: helicópteros como mosquitos de verano y un griterío rabioso subiendo desde Callao: “¡Que no nos representan! ¡Que no!”.

martes, 13 de noviembre de 2012

Tensión sexual no resuelta

Foto: Hannibal Poenaru
Desde el balcón de la que aún es mi casa, contemplo embelesada la bronca entre dos gatas conocidas del vecindario. La una gorda y lustrosa, con el pelaje de visón y el Whiskas De Luxe (con trozos de salmón auténtico) transpirando por todos los poros de su felina piel, ha nacido y vivido las siete vidas en la finca del otro lado de la calzada. Hay que reconocer que la finca del otro lado de la calzada también rebosa, como la gata, rancio abolengo en cada una de sus instalaciones.

La otra, un poco más menuda, llegó con el último portero de la finca y se quedó cómodamente instalada cuando el hombre se retiró. Su pelo también es bonito, como de nutria, impermeable, y conserva ciertos tonos de dehesa que se trajo del pueblo. Yo, al principio, pensaba que la movida venía de un asunto de nido, esto es: la de capital, como buena cosmopolita, le había cedido un almohadón a la advenediza llevada por su reconocido paternalismo. Y la de campo, con esa astuta retranca que caracteriza a nuestros bichos autóctonos, había conseguido colocar su almohadón junto al fuego y mandar a la mentora a los aledaños de la nevera. Ninguno de los vecinos sabemos cómo lo ha hecho, pero lo cierto es que la gatita del portero se pasea, ahora, por el porche del palacete como si fuera la gata mimada del amo. La aparición repentina de Don Gato y sus amigos, que ya no son aquellos maravillosos personajes de la infancia, defendiendo con garras como palabras y mordiscos como labios, el almohadón de la rubia, me ha hecho pensar en el sexo.

¿Y si, en realidad, se tratara de un intento por acaparar la atención del macho dominante?

En Madrid tenemos las ratas mejor alimentadas de España, y por eso estamos acostumbrados a los gatos y sus movidas. Pero estoy segura de que tanto los vecinos, como los machos en celo de la finca del otro lado de la calzada, están deseando que estas dos gatas caigan a un charco y empiece la lucha de barrizal.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Ex cuarentona agradecida

Gracias a mi niña-madre, que es casi de bachillerato moderno, escuela retórica Belén Esteban, y costume poligonera, hoy he escuchado una canción de reseña. Corría alegremente Radio Olé cuando, de pronto, una rumba ha rebasado el nivel de palmeo con que habitualmente se reconocen estos festejos, para adentrarse en el mucho más sofisticado universo de las letras que uno se para a escuchar.

Casi dos minutos jaleando a las cuarentonas desilusionadas para que se vayan de marcha. Nada que ver con las típicas canciones de lo que yo llamo pop de plañidera (empezando en la abnegada 'Secretaria' de Mocedades y terminando en la justificativa 'Señora' de Rocío Jurado). Allí se reivindicaba el michelín, la experiencia, las canas… un compendio de las realidades que la acompañan a una desde los 45 en adelante. Al principio me desorientó un poco que empezara diciendo "señora de las cuatro…”, porque mi educación nacional católica inmediatamente lo asoció al término puta. Pero escuchando mejor se podía apreciar que decía “señora de las cuatro décadas” como en los vinilos de La Voz de su Amo, a 33 revoluciones. Y las tres estrofas culminaban en un estribillo que parecía recién sacado de la última campaña de la Dieta de la Alcachofa: 

“Señora, no quite años a su vidaaaa, 
Póngale vida a los añooooos, 
Que es mejor” 

Yo ya sospechaba que Radio Olé se creo para hacer más llevadera la explotación laboral española, desde que mi niña-madre -recién obtenido el título de FP en peluquería- me dijo que ella necesitaba de sevillanas para el corte de flequillos y de seguidillas para las mechas. O, a lo mejor, será que la cancioncilla me ha aliviado el dolor espiritual de cervicales, pero lo cierto es que he salido a comprar el pan mas contenta y tarareando bajo la lluvia.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Encuestas

Foto: clspeace

He tenido una experiencia aterradora. Emboscada bajo la sucia lluvia de Madrid, entre una creperie de casita de muñecas y un mini restaurante de ecología rápida, me he encontrado con alguien que hubiera podido ser yo, y aún puedo. Llevaba unos cincuenta chorreando desesperación, y una tablet de esas que se pierden constantemente en el Congreso. Me asaltó con la mirada de poco sueldo (que diría Mafalda) a pesar de que no reunía, ni remotamente, los parámetros del perfil: buscaba hombres, vecinos del barrio, de edad comprendida entre los 25 y los 65, y con quince minutos tontos que regalar… ¡a una compañía de bebidas alcohólicas!

Pegada a un carrito de la compra lleno de souvenirs de la empresa y sin paraguas, mi afanosa encuestadora se batía el cobre de su contrato de ETT, haciendo el trabajo de marketing de la multinacional. No sé cuánto pagarán por encuesta realizada, o si las pagan con fijo mas comisión, o al peso (que para la patronal todo es posible en tiempo de crisis), pero la imagen del lápiz informático corriendo como una exhalación de pantalla en pantalla mientras ella sola se contestaba las preguntas (para ahorrar tiempo y dificultades al cliente), con los zapatos mojados y un deje de angustia vital en la sonrisa forzada, me acompañará durante mucho tiempo. Seguro que, además, la pobre habrá tenido que oír eso de “por lo menos tienes trabajo”. Y otro suicidio de desahucio pone la guinda a un perfil de mujer al que deberían encuestar sino las multinacionales, si el CSIC. La hembra, española,mayor de 50, sin posibilidades laborales, con familia, parado en el salón y vivienda en el alero.

Espeluznante. Podría haber sido servidora. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

El largo proceso de la adaptación

Foto: Mer
Hay expresiones que, automáticamente, erizan al mismo tiempo todos los extremos vellosos de mi instinto de supervivencia y la capa subcutánea de esceptisimo con que los españoles hemos sido bendecidos tras quinientos años de picaresca. Por ejemplo, cuando oigo “dentro de la más estricta legalidad” se me planta en el subconsciente la imagen de un tipo con toga que recita: "Excusátio non petita, acusatio manifiesta". Y ya no me creo nada.

Si alguien hace referencia al “amor de la vida de …” en el trasfondo de mi memoria se abre un libro, grueso y apretado como una guía de teléfonos de Madrid Capital, plagado de las parejas eternas que he conocido en 25 años. A la realidad me devuelven, con una colleja moral, las imágenes de las dos únicas que perviven. Y de las dos, una por razones fiscales. Total, que tampoco me creo nada. Me da pena haberme vuelto tan escéptica que, a veces, hasta roce el cinismo. Pero entonces pongo Tele 5, a alguna hora de la tarde, y esas voces, agudas como un cornetín de retreta, devuelven un poco de paz a mi espíritu: No soy una cínica, ni siquiera una escéptica. Solo soy una mujer adaptada a su tiempo… o en vías de adaptación.

Es como seguir las noticias según canales. En Telespe, se me ocurre, construyeron tantas rotondas alrededor de Romney para llegar a Obama, que aquello parecía la zona Norte de Madrid. En TVE, hacían especial hincapié en la felicitación del presidente del Gobierno. En la Sexta entonaban, emocionados, las virtudes del programa de asistencia pública que va a tener tiempo de llevar a cabo (Obama, no el presidente del Gobierno). En Antena 3 siguen impresionados por Sandy. Y en Tele 5 lo de Obama les parece secundario, frente a las lágrimas de la Pantoja.

La adaptación no me ha vuelto más pesimista. Ahora soy una optimista con datos.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Categorías

Foto:
Las calles estrechas lo que tienen, además de abrigar pensamientos, es una capacidad de éco digna de un foro romano. Así me llegó una conversación anónima que decía: “…pero él conoce la noche...”. Y mi mente, especialmente sensible a la oscuridad gracias a la campaña de ahorro eléctrico que está llevando a cabo Botella en las farolas del barrio, buscó el significado más sórdido de la frase. Si yo fuera un parado de sociología con doctorado, realizaría un estudio de campo que empezaría: “A partir de las diez de la noche, se despliega por Madrid un solo concepto de ecosistema nocturno, con tres ramificaciones de índole socio económica:

a) Profesional. Subdividida, a su vez, en:
  1. Actividad diáfana: Cotiza en la Seguridad Social
  2. Actividad semi penumbra: Cotiza en el Régimen Mercantil.
  3. Actividad Penumbra: No cotiza.
  4. Actividad Oscuridad Total: Ni siquiera existe para el registro.
b) Amateur. También subdividida en:
  1. Habituales.
  2. Esporádicos con conocimiento.
  3. Esporádicos debutantes (aunque esta condición suele durar un suspiro).
c) Inconsciente. Esta última categoría ha proliferado mucho en los últimos tiempos, consiguiendo que las mafias hagan su Agosto 365 días al año.

Pero como servidora no es licenciada en Sociología solo puede tirar de memoria, y recuerda haber vagado por el ecosistema en los primeros tiempos de la menopausia. Solía salir los jueves (tradicionalmente el “día de las chachas” porque las señoras y los cuarteles dejaban esa tarde para que soldadesca y doncellas pudieran pasear el Retiro), con un grupo de mujeres a realizar la Ruta del Geriátrico que empezaba en el Navy, recalaba en la Boite del Pintor y culminaba en el Verdi (a veces llegábamos hasta el Gayarre). Afortunadamente no me duró mucho: lo justo hasta que se encendieron las luces y descubrí que ni siquiera era un Centro Comercial del Sexo, con mayúsculas, sino apenas un mercadillo. Y eso que yo no me moví un ápice de la categoría b) punto 2.

martes, 6 de noviembre de 2012

Cuestión de memoria

Foto: Shorizo izo
Manolito ha vuelto a darme un ejemplo de memoria histórica que ya quisiera para mis congéneres de la especie humana. Nosotros, siendo españoles, podríamos clasificarnos como personas de clase blanca, subcategoría europea, sección mediterránea, rama económica recesiva, área avícola porque, además, gozamos de una memoria-colibrí que nos capacita para la supervivencia. Lo de Madrid Arena adolecía los mismos fallos de seguridad  - favoritismo político, subcontrata fraudulenta, escasez de titulación oficial de seguratas - que se repiten en la noche madrileña todos los días y estallan de vez en cuando sobre las cabezas mas insospechadas. Con menos apellido biológico, Manolito se acuerda de levantar la pata junto al portal de un sujeto que le agredió siendo cachorro, cada vez que sale a la calle.

De la misma manera, he venido en observar que, de madrugada, cuando salimos el y yo a solas, literalmente, se reserva la vejiga para ir goteando todas las terrazas colindantes, por riguroso orden de apertura. En las dos mas grandes - Plaza de S. Ildefonso - también deposita su opinión más escatológica. Creo que lo hace en tono reivindicativo, como protesta por la pérdida de espacios públicos, y últimamente me he sorprendido a mí misma contando mesas. Es imposible enumerarlas, avanzan dos centímetros al día por pareja de patas, como las legiones romanas. Y se camuflan detrás de frondosos arbustos erguidos, en jardineras de piedra, por hordas de camareros. Siempre antes de las 11, para la primera tapita.

Manolo, que debido a la escasez de árboles se ve obligado a hacer equilibrios en los maceteros redondos de la Plaza de Cambroneros, odia el cemento y añora el verde de su infancia, aquellos agujeros abiertos en la acera, rellenos de arena suculentamente apestosa, con un tronco en el centro. Culpa directamente a las terrazas, y no le diría yo que no, pero, según el Ayuntamiento, también están los botellones del viernes, la necesidad de bancos para los ancianos del sábado (si hay sombra, pasean, y si pasean quieren sentarse), el gasto en bolsitas públicas para excrementos (habría overbooking canino) justo cuando empieza a florecer un lucrativo sector privado de venta de las mismas bolsitas en supermercados y grandes superficies... En fin, un cúmulo de imponderables que Manolito no termina de digerir. Él es un perro machadiano, de esos que uno espera encontrarse en una tarde de otoño y por un camino de Soria. Marrón, de patita corta, pelo ralo y rabo acaracolado sobre el lomo; con las orejas volanderas y expresivas, el belfo abullonado hacia afuera, y los ojos saltones. Ni su madre, en un día optimista, podría decir que es guapo, pero habla alto y claro. Y tiene memoria.

lunes, 5 de noviembre de 2012

El casi amante

Foto: sara | b.

Tengo una amiga que, hace dos días, estuvo a punto de echarse amante. Como es casi íntima, me ha contado los hechos con una minuciosidad de detalle propia de las crónicas con patrocinio Tele 5. Al parecer ella se arrepintió en el último momento porque, en el fondo, ya no tiene edad de ir en busca de acciones, y lo que de verdad quiere son palabras, a ser posible, susurradas al oído. Como ella misma me explicó: “Chica, el sexo por el sexo, ya lo tengo en casa. Los sábados. Como todo el mundo. Y si lo quiero bueno, me compro una de esas 'hágalo usted mismo', que hay un sex shop en el portal de al lado.”

Bien, hasta ahí comprensible, pero entonces añadió: “Yo lo que quiero es que me engatusen con frases bonitas, como cuando era joven... aunque sean mentira”.  Eso me descolocó. Al fin y al cabo debería estar acostumbrada porque, a su edad, ya se ha comido varias legislaturas con campaña electoral previa. Sin embargo, meditado en profundidad, observo que somos muchas, casi todas, las que andamos hambrientas de rubores. Añoramos el virginal enrojecimiento de sabernos anheladas por el alma de un hombre, y glorificadas por su inocencia, como cuando, por primera vez, un adolescente nos dijo “¿Quieres salir conmigo?”, en un guateque y con banda sonora de Gianni Bella. Eran otros tiempos.

Hoy en día los jóvenes se saltan la mayor parte del procedimiento, y, si vamos a eso, hasta del crecimiento. Y van directos a la cosa nostra. Se lo comenté. “¿Un chavalín?”, me preguntó horrorizada. No quiere saber nada. ¿Qué iba a hacer con las otras 23 horas y media que tiene el día?. La respuesta cae por su peso: lo mismo que con el marido. De todas formas, la tranquilicé, no es muy probable que un graduado, de bachillerato moderno, fuera capaz de pergreñar dos oraciones correctas con aire a Becker. Y ella me tranquilizó a mí: el sujeto tiene más de cincuenta, o está muy perjudicado. El aspirante es de nuestra quinta: pelo ralo, mejillas de pachón y conocimientos de literatura suficientes como para intentar un soneto. Buena persona con mala suerte. Como todos. Solo eso les evitó a ambos una situación incómoda dentro de seis meses -como dijo ella, no renta-. Eso y, espero, el sentido del honor de mi amiga.   

viernes, 2 de noviembre de 2012

El plan

Foto: Dimitry B
Estamos a viernes, el fin de semana se acerca peligrosamente, y el tipo que duerme en la habitación del fondo del pasillo se siente amenazado de convivencia forzosa. Y esta vez sin posibilidad de rescate: no tocan ni motos, ni Alonso. Y , gracias a una oferta de televisión por cable, el fútbol cae dentro de casa. Llegados a este punto, solo caben dos posibilidades:
  1. Diluir la convivencia, bastante escasa y muy arisca, en el centro comercial mas próximo mediante la compra compulsiva de artículos domésticos.
  2. Salir corriendo.

Yo he optado por el segundo bajo la justificación farisaica de que, en realidad, estoy haciendo un favor a la comunidad (para otros, familia) ya que así pueden disfrutar de una jornada de explosión paterno filial, sin el elemento disolvente. Claro, que esto me lo he explicado a mí misma. A los demás les he dicho que tengo... una entrevista de trabajo en Moratalaz que, probablemente, me ocupe todo el día. Creo que el tipo que duerme en la habitación del fondo del pasillo me ha mirado con cierta gratitud, pero tampoco me he parado mucho a pensarlo. Pero con el pase pernocta perfectamente sellado, he planificado un día de lujo asiático.
  1. Desayuno y lectura de prensa, a las 12:00-12:30 de la mañana, en el chiringuito de café y chocolate (con churros y entoldao), que algún cuñado del Ayuntamiento les ha montado, en la plaza de La Luna, a los municipales de la misma. Ahí es nada, una plazuela de pueblo - con sus niños jugando a la pelota (destrozo de mobiliario urbano seguro), sus abuelos de palique okupando bancos (algunos sin afeitar y en zapatillas), sus arbolitos (pocos, que ya se los “trabajó” Ruiz Gallardón, y plagados de excrementos caninos)- transformada en una square de Diseño siglo XXI, minimalista, ni una hoja verde, bancos de cemento armado para disuadir a la tercera edad recalcitrante, comisaria y garaje gratuito (¡Qué bonitos hacen los coches azules y blancos sobre el fondo de los juegos infantiles, que los de preescolar, como la tercera edad también son recalcitrantes!). Un chiringuito de poliuretano blanco para tapas, desayunos y comidas menores de nuestros aguerridos policía municipal, y un restaurante chino (con menú diario) para las comidas mayores.
  2. Paseo contemplativo, Gran Vía abajo hasta Cibeles y de ahí al Retiro, disfrutando de una arquitectura espectacular que una mastica lentamente, dejando resbalar un cierto regustillo chauvinista entre tanto guiri (algunas, yo las conozco, van al Prado a ligar australianos maduritos con granja).
  3. Almuerzo de tapeo por Lavapiés. Pocas cosas hay más exóticas en Madrid que deambular entre los comercios al “por mayor” chinos - por lo visto con emperador y todo - y los restaurantes hindúes salpimentados de ultramarinos bangladeshies. Una vez me tropecé con un mercadillo de hermandad con bailoteo bollywood incorporado. Me puse ciega a curry.
  4. Cine/digestión en el Ideal (si todavía existe).
  5. Retorno a los cuarteles de invierno y, si hay suerte, baño de sales para relajar las agujetas... y la hipotética depresión de otro : “Queda en nuestro banco de datos. Ya le avisaremos”.
Voy a tener que elaborar muy cuidadosamente una justificación, ante mí misma, de lo bien que lo voy a pasar.

Espero que no llueva.  

jueves, 1 de noviembre de 2012

Tambores lejanos


Anoche, disfrazada de fruslería, salí por Chueca a tomar la tensión de la creatividad en tiempos de crisis (increíble lo que es capaz de hacer un español con dos kilómetros de papel higiénico de colores). Aparentemente ya nos hemos adaptado a Halloween como si fuéramos oriundos de Wisconsin, nos ha faltado tiempo para arrojar el gemido monacal de Zorrilla - tan oscuro como moralizante - a un rincón del trastero de La 2, y adoptar el rojo espectáculo de la sangre, mucho mas alegre. Ahí es nada, una noche entera de carnaval donde antes gobernaban el recogimiento debido a los difuntos y los golpes de pecho del arrepentimiento católico.

Sin embargo, había incluso mas tensión que creatividad en el ambiente. Todos los corrillos de fumadores que se pelaban de frío a las puertas de los locales, hablaban, belicosamente, de “la lista”. Tardé en salir de la oscuridad (el traje de fruslería es lo que tiene), pero a la altura del tercer garito ya sabía que no se trataba de la lista de Schindler, sino de otra que aglutina mas de doscientos nombres - y lo que es peor, apellidos - representantes de la codicia absoluta. La historia se remontaba a principio de verano. Llegaba en clase turista desde Suiza y su portador cumple, desde entonces, condena de indiscreción en Barcelona. Los corrillos desmenuzaban el asunto con detalles espeluznantes, de ética gore: que si Hacienda tiene el listado desde julio y no saben qué hacer con él dada la importancia de sus integrantes. Que si aparecen Aznar, Rato, Agag y un montón de señoritos del PSOE. Que si con las cantidades defraudadas podría recuperarse al 90% de los maestros despedidos. Que si al pobre suizo - un héroe para la mayoría, un mártir para la minoría y un cadáver laboral en opinión unánime - lo quieren extraditar pero no pueden porque los delitos que le imputa Suiza no están tipificados aquí. Que si ya tenemos dos prisioneros de Zenda, uno en la embajada ecuatoriana de Londres y otro, menos elegante, en la Modelo de Barcelona. Que si la prensa española no tiene bemoles para publicar ese compendio de fraude fiscal, porque han hecho oreja de lo que le ha pasado al periodista griego (en otra Modelo pero de Mikonos.). Que si grandes empresas, que si bancos, que si famosillos y famosazos... Un tesoro de perlas que habría hecho palidecer de envidia a Barbanegra. A Barbagrís, seguro, lo ha puesto rojo de emoción: ya sabe de donde sacar la pastizara que necesita para no pedir rescate hasta enero.
Héroe/Mártir/Zombie Laboral

La calle Pelayo, con sus tiendecitas de postal 1930, hervía como una marmita vulgar y desnudaba de glamour el delicado hedonismo. Desde Augusto Figueroa a Fuencarral, de Libertad a Huertas jadeando Gravina arriba, un rumor oscuro, que los mas pesimistas calificarían de cabreo, se iba apelotonando... Ahora, tres niñas.

De vuelta a casa llevaba la fruslería negra de tabaco, el estómago verde de premoniciones, y la cabeza blanca de ira. Me acosté con la sensación de haber asistido a un aquelarre de libro