jueves, 16 de mayo de 2013

Un año mas sabios

   



      Ayer nos levantamos de cumple y santo, todo al mismo tiempo. Hasta las siete, con invitación oficial, se podía participar en los juegos y actividades previos a la tarta del 15M (pastel de agitación con marrón glacé de propaganda, y kirsch bañando bizcocho de Sol y democracia), el soplido de las velas a lo huracán asambleário y, en la piñata, dos regalitos a cual mas envenenado:
  •  Uno: Nuevo impulso hacia el universo Huxley, cortesía de unas celulas madre americanas que la mayor parte de la especie verán como solución oncológica, y el sistema financiero computará,probablemente, como solución laboral a largo plazo
  • Dos: Nuevo look de Jorge Verstringe, que se ha plantado la cazadora de camuflage del comandante Marcos, y amenaza con no quitarsela hasta la victoria final. Igualito que Isabel de Castilla y sus enaguas.
      Afortunadamente lo mas sintomático, y divertido, bullía en el No cumpleaños del sombrerero loco de Alicia:

  • Cifuentes acusando de radicalismo al 15 M durante el desayuno
  • Mintegui reeditando a Rahola con una versión txistulari de su famoso "usted no sabe con quien está hablando",en la tapa de mediodia.
       Servidora, en este momento, vive rodeada de cajas, sueña con gigantescos envases de cartón y se está haciendo un master en embalado de urgencia. Hasta empezaba a sentirme connaseur del cartulaje cuando esta tarde, en plena Glorieta de San Bernardo, bajo el edificio Asturias - frente a la casa de las maletas - una anciana caracol, (de las de carrito-concha con vida entera cargado a la espalda), ha sacado un cortafríos de entre las faldas para horadar hueco en una mata de alambre de espinos. Las ha plantado el ayuntamiento - Setos metálicos, de hoja finamente trenzada- sobre bajos comerciales vacíos, con la intención de desanimar a indigentes,inmigrantes y demás ralea trashumante, en sus aspiraciones de techo. El mimo y el cuidado con que pasaba los cartones al otro lado del agujero, le han dado una soberana colleja a mi conciencia: lo que para mi, es un incordio. Para ella, era una bendición.  

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