sábado, 4 de mayo de 2013

El Manantial

     

   
         Es terrible como mana la vida en el punto exacto en que se apagó hace apenas tres dias. Lo siento alrededor, lo grita mi nieta en cada gorjeo mientras galopa sobre el respaldo del mismo sofá con el que su madre cruzó los desiertos de Indiana Jones. Aquellas pequeñas cosas de Serrat, de golpe, se hacen grandes; las entiendo en toda su hondura metafísica (creo), o, a lo mejor, todavia llevo una peineta de Niebla Gris, entre la mente y el espacio, enredada en la coronilla. Lo cierto  es que, ultimamente, me cuesta encontrar el puntito de humor negro, (oculto en todas y cada una de las cosas de la prensa), que hace surrealistas a las personas y criminales las circunstancias.

       Quiero suponer que un homenaje instintivo guiaba mi mando cuando, al levantar la vista, he sorprendido a Jorge Javier Vazquez ofendiendo a alguien en directo y en el salón de mi casa. Horrorizada, he intentado analizar las razones inconscientes del pulgar rebelde; podía ser un reconocimiento de ausencia, pero también, la mente entristecida  podía estar recreando una pequeña aberración puntual, con la esperanza de convertir el aguachirle sociologico, en vino televisado de crianza. Afortunadamente, después de asistir (por cortesía de Vasile) a la crucifixión de una inocente con evidente retraso mental, a la crónica de un divorcio descuartizado en el altar de la rentabilidad morbosa, y al apedreamiento de la Magdalena politica española, he quedado tranquila: No podría convertir "eso" en algo bebible e higienico, ni con la imaginación de Lewis Carroll. Simplemente echo de menos a la persona aún en sus debilidades animales y sus oscuridades humanas.Y, por eso, repito roles de comportamiento. Un choc traumatico de primero de psicología.
     
       Por lo demás, una tramontana de alivio, como el huracán de las Azores, ha barrido el ambiente y aireado armarios y cajones. El planeta sigue girando, el votante occidental sigue corriendo en torno al ombligo, y la Unión Europea vuelve a rebajar las espectativas de crecimiento del Sur. Vamos, que no hay nada nuevo bajo el sol.

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