jueves, 13 de diciembre de 2012

El conejo

Foto: geralt
La Marea Verde académica, la Marea Blanca sanitaria, la Marea Negra judicial… Esto es, en realidad, un tsunami y me da la impresión de que el PP no tiene suficientes salvavidas para todos sus cargos públicos. Pero, fuera de nuestras fronteras nacionales, muy mal tiene que prever el futuro la derecha cuando el Papa (la herramienta de ataque y defensa más radical del conservadurismo) aprovecha una fecha de superstición pura y dura -121212- para recordarnos su existencia humana a través de Twitter. Con la que está cayendo, Dios necesitaría algo mas fuerte que un tuit para recordarnos la suya a los españoles, que miramos a Génova como al Purgatorio (el infierno, ya se sabe, es nuestra propia coexistencia).

Lo cierto es que entre las amenazas del 12 del XII del 2012, del calendario gregoriano, y el 21 del XII del 2012, del calendario maya, parece que nadie tiene ganas de colgar bolas al arbolito - excepto el Ayuntamiento de la Botella que, de momento, ya se ha colgado la guirnalda de la Comisión Madrid Arena. Un pensamiento tácito recorre las conciencias de creyentes y asilados: "Si no vamos a llegar al 24, ¿para qué montar un nacimiento cuando el PP ya disfruta de un Belén generalizado en la calle?"

Personalmente, me cuesta verbalizar lo del espíritu navideño tanto como materializar los conceptos pavo, langostinos y fiestón, entre una manifestación y otra (voy a casi todas como daño colateral cívico de las alegrías gubernamentales). De puertas para adentro, el asunto no va mucho mejor; todavía no me han organizado una concentración en el pasillo de casa, pero la crisis generacional está alcanzando niveles de radiación japonesa. Al final, 15 días antes del evento, todavía no tengo muy claro dónde voy a pasarlo, ni si voy a pasarlo, ni si vale la pena el esfuerzo; casi prefiero esperar a que salte un conejo de la chistera porque, digo yo, que si hay chistera (y la hay) en algún lugar debe estar el conejo. Espero que lo enseñen a tiempo para que podamos comérnoslo.

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