viernes, 22 de febrero de 2013

Titulares



Desde que vivo retirada - y en íntimo contacto con un adiós que empieza a ser rutinario de tan permanente-, parece como si los pequeños detalles de los desconocidos, hubieran pasado de ser atrezzo, a ser argumento.Valga un ejemplo:

Ayer hacía cola de caja en el Super, cuando me llamó la atención una vocecita aflautada y llena de furia, que preguntaba:

"¿Pero cómo se sabe cual es la mas importante?".- La vocecita, apenas palmo y medio, cargaba mochilón de ascenso al Aconcágua, llevaba las uñas sucias, vestía uniforme escolar (descamisado blanco sobre pantalón azul marino con estampado de polvo), y deportivas. Y la desesperación del que no entiende.
Servidora, de su infancia, también recuerda haber tenido deberes consistentes en buscar, resumir y comentar una noticia de primera plana.

"Pobre - pensé sonriendo mentalmente - cuando sea mayor agradecerá ese maestro tan entusiasta, pero hasta entonces..."

La madre del educando, absorta en comprobar las fechas de caducidad de su carro, se tiró a lo seguro.

"Mira, pones que van a operar al rey."contestó con la vista fija en un paquete de mantequilla.

"¿Y qué digo de eso?"- insistía el chaval con el desdén propio de la irresponsabilidad - ¿Qué se va a morir y ya?"

Una forma de expresión muy naif, pero institucionalmente bastante acertada. No es probable siquiera, que la Corona aguante el cateterismo previo del teléfono de Torres o, lo que es peor, la permanente transfusión de sangre sucia de García Revenga, sin necesitar una amputación de urgencia. En términos médicos, lo que suele pasar cuando la gangrena es gaseosa. Pero frente a la densidad pastosa de la bacteria Bárcenas - que hasta se escrituró ante notario - , la lepra de los espías catalanes, o el cáncer bancario, tenía razón la madre. Lo mas apropiado para mantener la inocencia infantil, era la operación de cadera del Rey.

Me mordí la lengua. Ayer, además, se estableció el derecho a la pensión de viudedad en las parejas homosexuales, y espero que algún otro alumno del entusiasta lo lleve en el cuaderno de deberes. Sino como bomba informativa, si como prueba de que los periódicos, de vez en cuando, dan buenas noticias.

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