Desde que la trazabilidad se puso de moda en la UE, el concepto se ha ido extendiendo, como mancha de Prestige, por todos los seres, entes y colipoterras, de los alrededores sociales. Sin salir de casa una tiene que dar el DNI hasta cuatro veces (las cuatro grabadas para "proteger la intimidad de una"), si quiere cambiar un nº telefónico de compañía; al terminar la negociación "mi intimidad numérica" había pasado por tantas manos que me sentía víctima sino de violación, como mínimo de abusos deshonestos de datos. Tres subcontratas - ahora externalizaciones -, y la grabación de mi voz (cada vez más cabreada) recitando cifras, han bastado para llevar la Línea A, que estaba sobre el punto C, a la Línea B, que también estaba sobre el punto C, para configurar la nueva Línea C que se ubicará sobre el punto C. Literariamente, lo teatralizó Kafka, filosóficamente,lo definió Nitzche, politicamente nos lo regala Génova a los españoles....Y servidora no tiene línea con su número de siempre hasta dentro de tres días.
Un espíritu mas conformista, tal vez, compararía los absurdos personales con los generales ( minimiza mucho), pero el de servidora, que es bastante tocapleitos, no se ha dejado consolar ni siquiera por el exhabrupto nacional sindicalista de Exteriores. No queda muy claro si Margallo va contra la agresión ecológica, la económico-pesquera, o la meramente tributaria; pero que tiemble er británico Peñonero. Van a tapar lo de Lopez del Hierro sobre sus costillas. Y debe ser muy gordo a tenor de la batería:
- Inspecciones fiscales
- Control de Capitales.
- Restricción de vuelos
- Entrada a 50 euros, sin pegatina en la puerta
A ese lado. A este, la pobre e ingénua Gemma Araújo, heredera de la alcaldía de la Línea (y sus pasados contubérnios) echa de menos una "mesa de diálogo". Esperemos que, con el verano, no le salgan más chanchullos a la cúpula del PP, porque la Roca amenaza con volver a ser "punta amada de todo español". Y que la OTAN nos pille confesados.
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