sábado, 3 de agosto de 2013

El sabañón de la Ría

      





        ¿Y ahora qué? Igual servidora se ha convertido en cariátide de galería, o somos todos, o han sido ellos quienes se han vuelto estatuas de sal a la espera de algo, pero tengo una creciente sensación de tetrapléjia constitucional: Todos miramos, hipnotizados, cómo, al borde de un acantilado, con el viento en contra y tormenta a sotavento, Rajoy intenta mantener la pose de la gaviota a lo "Karate Kid". No sé por qué, me viene a la memoria el paralís belga que le entró a la UE cuando, hace unos años, se pillaron las libertades en los dedos polacos, por cortesía de Aerolíneas CIA. Nosotros, tampoco podemos hacer legalmente nada puesto que esta situación concreta,como les pasaba a ellos, no se contempla en la norma. El crimen perfecto, por falta de tipificación  (eufemísticamente, los juristas lo llaman "vacío legal").

       Más que un recodo, la cala y mi pueblecito okupado, forman un panadizo que le hubiera salido a la Ría de tanto trabajar los astilleros; por eso, la corriente fluye despacio, sin altibajos, y le da tiempo a la mente. La marea sube y baja con lentitud edificante, perdido, ya en Chanteiro, el aire mayestático de mar abierto. Aquí, donde el censo no nos llega para concello, pero el pueblo piensa como Ciudad ( y hasta Universitaria) Madrid se percibe como un problema de tiempos, de espacios y hasta de respiraderos, según se mire hacia Génova, Sol o la Carrera de San Jerónimo. Tal vez, insinúa el murmullo de la Ría, es hora de inundarles el arratre con cientos, miles, millones de pececillos informáticos y un solo mensaje: Moción - Dimisión.

       Aquí, insisto, el FMI se mantiene anclado en Astano, acumulando óxido, y, encima, hay que devolverle una pasta a Almunia. Asi pues, no me extrañaría nada que Sigma 2 hubiera testado su estadística por los alrededores. El suspenso general a políticos....probablemente, también

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