Esta mañana, por fín, el sol me ha llamado a la Ría y el olor, el jadeo leve del mar en cada ola, todo, parecía preparado para la adaptación teatral de un clásico: "Verano de pasión inocente". Ocupaba platea anónima, con derecho a refresco, solo separada del escenario por un seto (eso si, alto y frondoso, muy galaico):
- Tu no sabes lo que es que te salten el ojo con un tacón - dijo ella.
- ...hasta el viernes es fiesta, así que mañana vamos y le preguntas al chaval - dijo él - Porque en el momento en que te coma la boca otro, se acabó conmigo....
Mis hijas ya no están en edad (desde hace un tiempo, además, me he dado cuenta de que, miran al macho friamente, sin motivos hormonales), y a Moñitos aún le quedan 15 gloriosos años, antes de la Gran Crísis; así que disfruté de la representación, con cierta nostálgia. Los actores eran fantasmas tras un telón ecológico, pero las voces interpretaban en primer plano, con una espontaneidad y realismo que me emocionaron. Sentían todas y cada una de las palabras que iban diciendo.
Con los ojos cerrados, mi memoria galopaba por los páramos del amor/odio. Servidora, como todos, tuvo sus extremos - claro que, entonces, se pasaba de adolescente a joven responsable, sin transición, apenas con un cursillo social. - y la modernidad ha incrementado los tempos y desglosado el cursillo en tres: pre adolescente, adolescente y post adolescente. Y una no sabe exactamente en cual etapa colocar a los indivíduos de entre 15 y 20 años. Pero podía imaginarme la juventud, la gestualidad...Y me acordé de un estribillo
"...quiero ser el único que te muerda la boca
porque sí, porque sí, porque sí,
porque en esta vida no quiero vivir un día entero
sin ti..."
Pasaron junto a mi toalla aún discutiendo.
- Yo pena te voy a dar siempre...
- Pues no, si estoy por pena no vale....
Y se alejaron juntos, con las cabezas juntas, los pasos juntos, disfrutando de ese maravilloso amor de verano.......No sé de qué, tengo más envidia.
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