Tras la vorágine de cabezudos en Puentedeume, tenía curiosidad morbosa por ver como han procesado los afectados el asunto olimpico; y ahora noto, en el paladar, regusto a donut glaseado. Cada cual hace la digestión como puede, se entiende, pero servidora ha escuchado, en una franja de media hora, desde la justificación "Asterix y Obelix" - ...La pista estaba en malas condiciones, los cerdos habían comido porquerías..." - que han representado Carlos Cuesta, Jaime Gonzalez y Hermann bajo la atenta mirada de Isabelita Durán, en luto riguroso. Hasta los pompones "High School Music", en colorín agitación y propaganda, de Cesar García Atón y su equipo habitual de meneadores (alguno más profesional que una animadora de los Lakers).
Y luego, el océano Youtube ( mares adyacentes incluidos), donde había cachondeo puro y duro. Las sardinas nos hemos reído como locas imaginando un/a "romantic dinner in Plaza Mayor",mientras la boquita pintada de Botella nos invitaba a un "relaxing café con leche". Pero, tecnicismo arriba o abajo, la realidad apunta a que, el round, sube al marcador de la gata del pelaje de armiño. (Vuelve al inconsciente Iznogud desenvainando un alfanje).
Desazona retornar a la perversión cotidiana - por cierto estamos en temporada de boletus, amanitas y encuestas de intención- cuando se viene de recuperar ese sentimiento, la primera impresión, que una perdió hace años. Han sido días, seis, de Visitantes, y la referencia es tanto literal como cinematográfica, porque, a veces, mis invitados parecían contemplarnos desde el siglo XII. Un golpe de autenticidad a nuestra visión maniquea, una pareja deliciosa que miraba la Ría con incredulidad y respeto, mientras devoraba pulpo con gesto de caviar rojo. Si se llegan a quedar tres días más, los adoptamos. En su sencillez, observandote con los ojos azules y redondos, creen firmemente que Montoro es un gurú: Y España el Gran Exito Económico del mundo mundial.
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