miércoles, 18 de septiembre de 2013

El precio del boniato

   




         Tras la exhibición togada, (el pack incluye declaración de intenciones), puede decirse que ya se ha levantado la  veda. Bajo la siniestra mirada del ministro, todos engrasan el gatillo "in códice"; o tal fué la sensación, el otro día, ante la imagen de la Apertura del Curso Judicial: a Gallardón le notaba la condición nocturna y rapaz, a la cabeza del Estado se le salía la venerabilidad de que hablára publicamente "la entrañable", y el resto, como en los culebrones de tensión máxima, se miraba de soslayo. Edificante. Y, dos días después, ya estan en el alero:

  • El Presidente del Constitucional por militancia.
  • Alaya por escasez de letra (a esa la busca el Fiscal General)
  • Castro por cenar fuera de casa
  • Ruz  por intento de cameo jurídico
       Un sin vivir de posibilidades, solo comparables a la "Increíble História del Retorno de la Gata de Angora" (La del portero está a punto de volver al campo); pero en el fondo, actividades muy lejos de las pensiones - Se me estremece el alma de imaginar un salario mínimo en situación de Crónico Externalizado -, la Vuelta al Cole sin empleo ni becas, y el precio real de los boniatos. Algo muy gordo huele a podre cuando en un extremo se sobrealimenta "pedagogicamente" el cerebro de los niños, mientras en el otro a esos mismos niños se les desnutre el estómago. Algo apesta cuando el bucanero Botín rescata al corsario Rato y el pirata Morgan les jalea desde la orilla al grito de "¡Viva España!". En general, hay poco que comer, menos que festejar (salvo los indultos de Murcia y Granada) y nada que repartir. Tal vez en las playas de Ceuta y Melilla, y junto a las vallas fronterizas, deberia instalarse un plasma gigante para emitir informativos nacionales. Más de un subsahariano, seguro, se volvía al pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario