jueves, 10 de octubre de 2013

Chicas





       Un día, el de ayer, sin fisuras ni filtraciones (Ya quisiera la procedimental española), y la perversa suavidad de la corriente sociológica que incide en mi obra viva, me ha llevado a meditar en los vientos aparentes que se empeñan en abatir mi obra muerta. Me explico: Servidora se encuentra sumida en un proceso urgente de inmersión lingüistica que me va a dejar hablando gallego mejor que Castelao,y, al mismo tiempo, percibo condiciones para una revisión (también urgente) de las limitaciones de género. Mafalda concluiría:

  1. La contradicción Hombre/Mujer esta basada en los tempos de evolución (es decir, en la capacidad de adaptación al medio según Darwin): Y lo  masculíno se mueve con la velocidad de una erosión por filtración de humedad,- de certeza inapelable en certeza inapelable desde el principio de los tiempos, como un viejo continente con asma - Mientras lo femenino se adapta a las pesadumbres con  celeridad casi alegre, hasta el mimetismo total y esta hiperactividad del cortex camaleón nos lleva a comprender practicamente cualquier cosa. 
  2. Solo hay que atender a las Feministas s.XXI, para darse cuenta de que ellas también han observado el fenómeno, y, en consecuencia, han pasado de ser guerreras a ser moteras (con toda la carga de irreverencia y escándalo social inherente) Entiendo que por eso, desde Siberia a Zaragoza, ya le caen bien a una.
  3. Lenta y sigilosamente retornamos al sistema de los comándos efectivos: No se pueden conseguir mas portadas con menos militantes,3, y sin muertos de por medio.
  4. En el otro extremo, la pobre Susana Diaz va a tener que menear la bata de cola hasta el agotamiento, si quiere distraer la atención del respetable tan fija (cortesía de otra chica, Alaya) en el bandidaje tradicional andaluz.
       Incluso en el sector del chanchullo, la hembra ha sido capaz de limar el estatu quo a conveniencia, y, por ejemplo, Cristina de Borbón (Sra. de Urdangarín) y MªDolores de Cospedal (Srª de Lopez del Hierro) aparecen hermanadas en el manejo de la chapuza contable (con posible cameo espontáneo de Rosalía, Srª de Barcenas). Todas, se nota, han tomado clases en la "Academia Mato de Sorpresa y Disgusto" y, a lo mejor, hasta consiguen doctorado en camuflage. Después de las últimas lecciones a la deriva, respiro aliviada al descubrir a Inma Michinina: El mundo, tal y como lo conocemos, acabará en manos de las chicas.

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