martes, 25 de junio de 2013

Sherezade

       


          Dijo el juez Ruz :"¡Abrete Sésamo!", y Sésamo (que estaba en Alcorcón) se abrió, y ocultaba los tesoros secretos de cuarenta ladrones y un presidente:

  •  Alfombra mágica de altos (y caros) vuelos tejida en Pasadena,
  •  abundante joyerio para metrosexuales,
  •  y Louis Vuittón como si fueran  tontillos de damas listas.
       
        Floriano ha tenido que salir con la perogrullada en el pico y, "como no puede ser de otra manera", enrocado en el antiguo mántra de la Conspiración judéo-masonica (entendiendo por Conspiración a la ciudadanía, por judéo a la magistratura en general,y por masonica al rojerio de siempre).

       Pareciera que vivimos tiempos de Sherezade, de leyendas imposibles donde un ministro de justicia, cortado en el patrón de Torquemada, se pilla los dedos con un minutero de 100.000 "cucas" . Horas de gesto (No se que me impresionó más, si la dignidad de los chavales 10 retirando la mirada a Wert, o la ratonil viveza con que el ministro perseguía, publicamente, las manos que se le negaban), y creatividad insurgente (Un millón de votos por la sanidad pública haciendo el confetti en Sol ¿Para qué llevarlos al Congreso?). Días en los que Vallekas acampa sus ancianos en los ambulatorios, y, por primera vez, los médicos jóvenes se cuelan en los tribunales con demandas a civiles. Visto lo visto, alguien debería desengañar a la casta politica: Ahora ya, no sirven de nada los paseillos de Soraya al Constitucional, ni su alineación junto a los preferentes; todos sabemos que la PAC, Arias Cañete, Báñez y hasta las baronías de Rajoy, forman parte de "Los cuentos de la Alhambra". Como el consenso.

       Afortunadamente, y mientras el mundo exterior se adentra en los confines de "Las 1001 noches, dentro de mi cascarón, en la clara independiente del huevo de mi casa, mi niña-madre vuelve a sorprenderme: esta vez, con un larguísimo listado de centros donde estudiar el acceso a la Universidad para mayores de 25 Años. Otra heroicidad que, por supuesto, pienso jalear hasta el Doctorado. Además  igual la marea ahoga la Ley, en lo que termina el curso. A todos nos gusta escuchar cuentos y, a veces, hasta nos los creemos.

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