miércoles, 19 de junio de 2013

Grajo de Verano

   


         Anda el ambiente desconcertado por el asunto Cristina - Montoro - Colegio de Notarios, y servidora nota como se le alegra la pestaña interior: ¿No será un ataque Hacker?. Si así fuera, las posibilidades se extienden como el Danubio en temporada de lluvias. Para empezar, de una tacada han colocado tres pares de banderillas:

  • En el cogote de Montoro
  • En la frente a la marca España del PP
  • En el inconsciente colectivo de la Banca porque, una vez perdido el hímen, la Berta puede acoger cualquier cosa, quieran o no los técnicos de Hacienda.
       Da la sensación de que ha empezado la carrera por "colocar sombrilla" en primera línea de playa y, por lo visto (ya lo decía Quino) el bañador iguala mucho porque nunca hubiera imaginado a Sanchez Gordillo compartiendo matojo con Mario Conde (uno empieza la temporada, y el otro reivindica una finca que le embargaron por chorizo). En el PSOE tienden toallas alrededor de Rubalcaba con la esperanza de ahogarlo o, por lo menos, quitarle la arena de debajo de los pies; y la gaviota lleva tanto alquitrán en el cuerpo que no vuela, ha encogido y parece un grajo. Todos esperan a que acabe el frío.

       Mientras hacemos tiempo esperando al sol Godot, ayer asistí a la presentación de la Semana Flamenca de Alcobendas en un auditorio tan blanco, que parecía un patio andaluz. Había poemario, "El Romancero Flamenco", autor de barba y sensibilidad antígua, silla de enea pintada de rojo sangre, y un payo, tan bien caracterizado de gitano, que llevaba al Duende en la guitarra. Fueron hora y media de versos por seguiriyas, de aplausos por alegrías y ecos silenciosos por bulerías: A Federico García Lorca, le hubiera gustado el acto; a mi, me encantó.

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