domingo, 10 de agosto de 2014

Serpientes de temporada










          Me reconozco tentación al cachondeo cuando escucho perlas de estilo -"...me he equivocado, pero a cualquiera le puede pasar ¿No?", "...pido perdón, por mis compañeros...y por mi, el primero", "...acataremos la decisión de los Tribunales...como no podía ser de otra manera"- surgir de las ostras cultivadas en la piscifactoría parlamentaria. No puedo evitarlo, me recuerdan a esa amplia gama de eufemismos con que los odontólogos camuflan el dolor inhumano de la silla de un dentista. Cada uno afronta el bochorno como puede. Tengo un "amigo blanco", ejecutivo financiero de los que llaman "Marianito" a Rajoy, cuya indignación por el coste de "El Retorno del Misionero", lo ha llevado al abandono de la ética cristiana: No concibe por qué una parte de los 400 mil euros del billete, ha salido de su bolsillo, e insiste en pasar a cobro la gasolina de sus vacaciones. Servidora ya le ha comentado que:

1.- Solo ver salir del avión ese ataúd cristalino a lo Blancanieves...
2.- El desfile casi castrense de las tres UVIs móviles, con acompañamiento de escolta en alta  gama...
3.- La pasarela de diseño y pret a porter epidemiológica (riete de una estación espacial)....
4.- La obsesión mediatica  por aclarar que "No pasa nada" (Hasta cuatro veces lo repitieron en un mismo informativo de Antena 3) ...

          Todo, debería darle una pista en cuanto al valor real de su esfuerzo. Lo cierto es que tras el fiasco de la gripe aviar (con sus correspondientes plusvalías farmacológicas) y el show bussines de las vacas locas (magníficamente rentabilizado por los USA), una tiende a mirar con desconfianza las alertas OMS: a mi se me queda un ojo en Bayern SA, y el otro en la piara más próxima  (la triquinosis ya era catapulta política en el s.IX) En cualquier caso, existe una contradicción evidente entre la imagen del Hospital Carlos III, reconvertido a bunker sanitario, y la de cuatro guardias civiles arreando a mano limpia y sin mascarilla, a los subsaharianos atrapados sobre la Valla.

          Pero al margen de paranoias preelectorales, da la sensación de que se nos extingue la "serpiente de verano" autóctona o, mas probablemente, los dragones de allende nuestras fronteras (Gaza, Ucrania, Irak, Afganistán...) le han devorado el alma.

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